Desde niña la enseñanza dada en la escuela no me parecía relevante, para mí la escuela era un sitio social más y para mis padres era sólo un requisito social. Nunca le dieron importancia a las notas, nunca hicieron seguimiento de mi conocimiento, siempre sentí que ellos estaban seguros de mi inteligencia.
Al terminar el bachillerato me dijeron que lo importante era el conocimiento y no el título. Ellos no tenían idea que me estaban preparando para practicar unschooling con mis hijos.
Por conversaciones con otras madres en distintos puntos de la maternidad, me doy cuenta que el 90% de las mujeres deseamos mantener un estado de naturalidad en la vida de nuestros hijos, dejar intacta su personalidad y permitir el desarrollo completo de sus dones.