
Lo que vibra, se refleja: alquimia cotidiana sin manual
Después de haber comprendido la Ley del Mentalismo y haber reconocido que todo lo que existe tiene su origen en la mente, es momento de sumergirnos en tres principios que actúan como los engranajes que dan forma al movimiento de la realidad: Correspondencia, Vibración y Polaridad.
Estas leyes nos enseñan a ver más allá de lo aparente, a reconocer los patrones que se repiten en todos los planos y a comprender cómo lo semejante se atrae, se transforma y se equilibra.
Al leer esta segunda parte, irás sintiendo cómo tu mirada se afina, tu percepción se expande y tu entendimiento se vuelve cada vez más sutil.

Al adentrarnos a este principio, la gran mayoría de los misterios del universo se ven resueltos. Un viejo adagio oriental dice que si quieres conocerte a ti mismo, tienes que observar a la naturaleza. Esto responde directamente a la Ley de Correspondencia.
Todo sistema mental se comporta igual, ahora ya sabemos que nuestro universo es una creación mental del TODO y todo lo contenido en esa creación mental es uno con el universo. Para iniciar cualquier estudio, investigación o indagación tenemos que empezar con el autoconocimiento y en consecuencia podremos buscar similitudes con todos los sistemas y organismos para que a partir de ahí se nos haga más sencillo descubrir las diferencias.
Por ejemplo, cuando experimentamos una situación con otro ser humano, sea la que sea, si estudiamos el comportamiento de los países y hasta de los planetas, conseguirás documentado un comportamiento igual entre estas grandes masas vivas. Igual te pasará con las células en el cuerpo humano.
Si quieres entender a tu país como sistema, míralo como si fuera tu cuerpo, personalidad e historial de vida, solo que extrapolado a algo un poco más grande. Y verás como va evolucionando como lo hiciste tú: nació, se formó una identidad, lucho por esa identidad, logró su identidad, la mantuvo de a ratos, luchó de a ratos, estuvo en paz de a ratos y luego decaerá y morirá para dar pie a un nuevo ciclo.
Cada uno de nosotros y cada elemento, sistema, individuo mentalmente creado se rige por unas capas de consciencia que llamaremos: Planos de Correspondencia. Se le llaman capas ahora mismo porque somos esa interfaz gráfica que solo descifra algunas cosas en el espacio, como el ejemplo que dimos en la Ley de Mentalismo, cuando en realidad estos planos son uno solo.
Estos Planos de Correspondencia son 3 y se les conoce como los Tres Grandes Planos:
- Plano Físico
- Plano Mental
- Plano Espiritual
Es importante saber, no solamente para facilitar el transitar de las Leyes Universales, sino para sentir alivio, que al ser los tres planos uno solo, es únicamente esperable que no tengamos una vida 100% espiritual en esta creación mental. No te tortures más, reconcilia en tu ser estas tres y hazlas una sola, no denigres de lo físico y mental para ser espiritual, ya que estarías incompleta.
Esto de los planos no se limita a estos Tres Grandes Planos, cada uno de ellos se puede dividir (por razones de entendimiento humano) en 7 más. En total, 21 planos menores de existencia. Y cada cosa, individuo, sistema, planeta, átomo creado en el Universo Mental los tiene.
Este artículo tiene como finalidad de mostrarte en macro lo que existe dentro de las Leyes Universales, un mero resumen. Si deseas profundidad, ya puedes hacerlo, la información llegará a ti.

Lo primero a saber es que solo se puede producir vibración entre dos polos, lo que nos da el entendimiento que todo en el universo se encuentra en dualidad. Más adelante hablaremos de la polaridad, por ahora solo es necesario saber que la vibración es lo que se encuentra entre dos polos.
Algunas veces creemos que las situaciones, cosas, personas se estancan y esto no es más que una ilusión y sensación que crea el cerebro humano cuando no es capaz de procesar vibraciones extremas, es decir, vibraciones con pocas o muchas oscilaciones.
En estos últimos años, nos hemos sentido estancados cuando en realidad hemos estado experimentando cambios de vibraciones altísimos. Cuando caemos en cuenta del fenómeno y empezamos a sentir el cambio somatizándolos en síntomas corporales ya hemos pasado por gran parte de la transformación interna sin darnos cuenta. Nunca estamos estancados. Ahora que ya conoces esta ley, podrás nadar en las aguas de tu transformación con pericia, en vez de dejarte llevar por la marea.
Para nosotros, los seres humanos, la vibración funciona de la siguiente manera: primero el objeto que vibra emanará un zumbido tenue, imperceptible por el oído humano, y a medida que este vaya subiendo, su vibración se irá paseando por todo el pentagrama musical desde la nota más grave hasta la más aguda que pueda percibir, luego vendrá el silencio nuevamente y si el objeto continúa subiendo su vibración, el ojo humano podrá percibir un fuerte color rojo y a medida que las oscilaciones aumentan podremos percibir otros colores, los del arcoíris hasta llegar al violeta o morado, luego desaparece todo color.
Las vibraciones emanadas luego de esto, se siguen aprovechando: los rayos utilizados por la fotografía y si continúa en ascenso su vibración podemos captar los rayos x, luego la electricidad y por último el magnetismo para luego separarse en átomos, corpúsculos, etc.
Se dice por último el magnetismo, ya que es lo máximo comprobado por la ciencia y todas sus aplicaciones. En los estudios herméticos aún quedan más explicaciones en vibraciones más altas. Habrá manifestaciones superiores que pasarán del plano mental al plano espiritual para luego ser absorbido por el TODO y llegar a la substancia etérea que lo contiene todo y por el que viaja la vibración.
A diferencia de la ciencia, el hermetismo incluye dentro de las más altas vibraciones el pensamiento, las emociones, el raciocinio, la voluntad y el deseo; estas se emanan de adentro hacia afuera, lo que podría impactar en la mente de los demás por medio de la inducción. Lo que incluye también la influencia de pensamiento, el control mental y hasta la telepatía.
Así mismo, como podemos tener dominio de un instrumento musical y tocar las notas en el orden que queramos porque conocemos su vibración, igualmente lo podremos hacer con nuestra mente y las emociones que esta emana, pudiéndonos polarizar a placer y de manera organizada para obtener un perfecto dominio de nuestros estados mentales.
Para concluir, dejamos este pensamiento: “Aquel que ha comprendido el Principio de Vibración ha alcanzado el centro del Poder” El Kybalión.

Para dar mejor entendimiento sobre esto que los polos no son contrarios, sino que son exactamente lo mismo, el Kybalión nos brinda el ejemplo de un termómetro: El frío y el calor no son antagónicos, estos están en distinto grado dentro de la temperatura y cuando estos se encuentran, no termina uno para empezar el otro, solo va cambiando gradualmente.
Cuando me reúno en persona, es muy normal que dé el siguiente ejemplo cuando hablamos sobre política u otros temas donde parecieran irreconciliables los polos: Imagina ver frente a ti dos círculos, uno azul y otro rojo, cuando cambias de ángulo empiezas a distinguir que en realidad son dos cilindros de madera y que desde el ángulo que los veías parecían solamente dos círculos. Aun así, son dos cilindros de madera, con colores opuestos, son los mismos círculos antagónicos, pero con más detalle. El mundo mental es sumamente rico y siempre nos ofrece un gran número de profundidades, dimensiones, ángulos, así que volvemos a cambiar de ángulo y de cada cilindro sale una cuerda distinta, que van hacia el infinito, no podemos ver dónde terminan, así que ya podemos decir que ya no son solo dos cilindros de manera, son las asas de unas cuerdas que seguramente manejan al menos dos objetos distintos. Al cambiar de nuevo de ángulo, es muy posible que uno superior o elevado, podremos seguir con la mirada ambas cuerdas y darnos cuenta de que no es más que UNA cuerda de saltar. Así lo es todo en el mundo mental, es cuestión de encontrar sus polos y viajar a placer por todos sus grados o usarlo como un TODO.
A diferencia del ejemplo de la cuerda de saltar, en el universo mental los polos son infinitos, entonces nunca algo será azul o frío absoluto y viceversa, siempre habrá un grado azul más cercano al cilindro azul, que es más azul que el siguiente, que siempre tendrá en menor grado algo del cilindro rojo a medida que se aleje más de este. Donde encontremos una cosa, encontraremos también su opuesta.
La maestría que encierra esta ley es la de la transmutación, si logramos entender este principio, podremos cambiar toda situación que se encuentre en la misma vibración, solo cambiándola de grado. Por ejemplo, del amor al odio y viceversa, del miedo al valor y viceversa, según lo que necesitemos en el momento y situaciones que deseemos aplicar esta ley. Sabiendo que esto solo se puede hacer con su opuesto, no podremos pasar del amor al valor o de lo blando a lo frío, el primer trabajo a hacer es detectar la vibración, luego su opuesto y por último graduar el nivel de intensidad entre ambos.
Entender este principio, nos traerá mucha claridad a la hora de resolver conflictos de cualquier grado.
Si comprendiste que todo vibra, que todo está en relación y que todo tiene su opuesto, entonces estás listo para el siguiente nivel: el arte de moverse con el ritmo del universo y descubrir cómo trascender el vaivén de las olas.
En la próxima entrega, exploraremos las leyes del Ritmo y Causa-Efecto, y cómo aplicarlas para vivir con más equilibrio, autonomía y consciencia.
No se trata de predecir lo que vendrá, sino de aprender a surfearlo.